El año 2008 se acabó dejando al mundo sumido en una crisis como hacía mucho no se recordaba. ¿Mejorarán las cosas para el 2009?, ¿o irán a peor? No tardaremos en saberlo puesto que el nuevo año ya está aquí. Pero, como alguien dijo en nuestra cena, por si el año que viene no hay más que para patatas, despedimos el 2008 con una celebración por todo lo alto.
Cenamos en nuestra casa Maribel, Pedro, Dani, Marcos, Paz y sus padres (Gregorio y Paz) y yo mismo. Degustamos un menú bastante típico compuesto por lomo, jamón y queso; boquerones en vinagre, anchoas y atún; langostinos cocidos, gambón a la plancha, carabineros y pechos de cangrejo; y corderito asado. Y de postre un “Gran Capitán” (no sé si alguien sabe de dónde ha salido ese nombre, porque yo no se lo he oído llamar así a nadie excepto a los Galián) y el muestrario de dulces navideños.
Nos sobraron unos veinte minutos para despejar un poco la mesa y preparar las uvas. Dong. Dong. Dong… Aquí podéis ver cómo vivimos ese momento mágico del cambio de año (sin ningún atragantamiento).
Después, todos a hacer ricos a las compañías telefónicas felicitando el año. Nosotros realizamos una videoconferencia con Rosa, la hermana de Paz, y su Miguel.
Y como a las dos de la madrugada cada cual se marchó a su casita, y Paz y yo nos quedamos intentando dormir a Marcos, al que el biberón le da una marcha que no hay quien resista.
¡Feliz 2009!
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