Érase una vez que se era, no muy lejos de donde me encuentro escribiendo las siguientes líneas, fue a reunirse una familia para la celebración de un día tan especial como es el día de Reyes. La hora de comienzo del repertorio de conductas que mostramos en estos casos, se fijó a las 17:00. Aunque ya sabemos todos como funcionan estas cosillas...Y para el que no lo sepa, eso significa que empezamos más tarde de lo previsto.
Lo acontecido en el transcurso del tiempo desde que llegamos todos hasta que empezamos no lo voy a escribir. No porque no quiera, sino porque no estaba. Era el día de que algunos de los amigos invisibles, eran invisibles, pero no amigos, pues en las prisas de cada uno salir de su casa a más de uno se le olvidó el regalo de su agraciado. Como uno o una de los "amigos olvidantes" son culpables de que yo esté por este mundo haciendo exámenes y escribiendo entradas en blog, pues me fui a mi casa a por lo olvidado.
Bueno, el caso es que comenzamos a abrir los regalos. Obviamente poner los regalos de todos puede ser un poco alargarse (más de lo que yo estoy haciendo) y además no me acuerdo, así que quien quiera que conste que lo ponga en un comentario. Entre los regalos estrella destacaron unas pantuflillas para estar por casa, unos sujetabolsos, la casa de Mickey Mouse y unos trenecillos de los que no me acuerdo el nombre (ya me los soplará Marcos la próxima vez que nos veamos), entre otras muchas cosas.
No podemos olvidar, por supuesto, a los Reyes Malos, que cada año sorprenden con un derroche de imaginación increíble. Aprovecho para agradecer a estos reyes lo mucho que se lo curran y las ganas que le ponen. Es, muy probablemente, el mejor momento de toda la tarde. Estamos en lo mismo que con los regalos, es imposible que me acuerde de todos, así que, quien quiera que aparezca su regalo, que lo ponga en un comentario. El mío fue este...

¡¡¡¡¡Un birrete!!!!! A ver si me lo pongo oficialmente pronto que ya va siendo hora...
Este año, además, Maribel ha optado por hacer entrega de unos regalos ecológicos. Con Reyes Malos de otros años y cosillas que ha encontrado por ahí, los ha envuelto todos y a cada uno le ha tocado aleatoriamente una sorpresilla.
En fín, la verdad es que no estoy muy fino para escribir mucho más, debido a que tengo las neuronas colapsadas desde hace un tiempo y para dentro de un tiempo, pero o escribía hoy, o sino iba a poner los reyes del año que viene, y no es plan...
En resumen, una tarde (y noche también, para qué nos vamos a engañar) muy divertida, llena de risas, sorpresas, trenes, papeles, caballitos y paraguas (qué grandes carreras me eché con Marcos buscando azúcar desesperadamente), embutidos, bebidas, y por supuesto, roscón y chocolate.
Y para que quede cosntancia de ello un par de fotillos que lo corroboren.
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